El 5 de Marzo llegaban los chicos de La Habitación Roja a la Sala But para presentar en Madrid su nuevo trabajo ‘La moneda en el aire’. Y lo cierto es que el lugar, de antemano, parecía el apropiado para un grupo como el de los valencianos. Un recinto pequeño que se ha convertido en el último lustro en uno de los puntos de referencia del indie comercial gracias a los conciertos y sus sesiones del Ochoymedio, con Dj Sets de lo más variados en torno a lo más demandado de esa otra lista de ventas paralela a la oficial. Así que esperábamos una noche corta y con un repertorio centrado en mostrar las nuevas canciones.
‘La moneda en el aire’ habla de la muerte. O al menos de la pérdida en el paso del tiempo. Desde el primer segundo, desde el primer corte que lleva por título el del disco. Menos épico y más pop, mira al pasado, ‘De cine’, con un regusto de nostalgia feliz. Pero la ‘Moneda en el aire’ además tiene algo de aquellos maravillosos ‘Nuevos tiempos’ o ‘Cuando ya no queda nada’. Cuando no sonaban tan pulidos, tan perfectos y Jorge desafinaba en aquellas letras imposibles de rimar que ilustraban la protesta e invitaban a participar de una conciencia social tan relevante hoy y que ya se intuía por entonces.
Pero a pesar de tanta tristeza y lacrimosidad, en directo suenan alegres, esperanzadores, trepidantes, perfectos. Porque La Habitación Roja son sinónimo de profesionalidad y cercanía. Parecen tus amigos, esos que tienen una banda, a los que vas a ver tocar cada fin de semana. Pero sin perder la mesura. Y eso dice mucho de unos señores plantados ya en la cuarentena, creadores prolijos donde los haya, en ediciones, en nuevas canciones, así lo indican sus diez discos y unos 17 ep’s o singles en década y media, que renuevan por completo, años tras año, el repertorio en un acto de coherencia entre edad y argumento sin perder un ápice de frescura, de originalidad y de empatía con un público que se ha hecho adulto junto a ellos, y demostrando además que, desde la sencillez y sin grandes alharacas, sonando de forma impecable y haciéndote cómplice de su ideal se puede trasladar a la gente la más tenaz de las intensidades.
Hoy, La Habitación Roja, me gustán más que ayer.