Madrid Popfest 2016

Es viernes once de Marzo. Es la una de la tarde y ando jodido en el curro con una faringitis que no me deja hablar. Así que voy al médico del curro y me dice que tengo treinta y ocho de fiebre. Y me receta unas pastillas. Y me dice que me vaya a casa. Y pienso que por la noche tengo el Madrid Popfest. Y mañana también. Al aperitivo. Y por la noche otra vez. Y que tocan Hazte Lapón y Sagrado Corazón De Jesús y Francisco Nixon y Puzzles Y Dragones. Y pienso que si me voy del curro y el médico me da la baja no voy a poder verlos. Porque siempre hay un gilipollas del curro que se mete en tus redes sociales y que el lunes se va al despacho del jefe para decirle: Mira, Estancous estuvo allí con fiebre, y no curró el viernes, y está de baja. Así que aguanto hasta las siete de la tarde. Y salgo y le pido a una compañera que me acerque y recojo a La Loca en Ventas y nos vamos para la Taboo. P1120433Y allí están los colegas y me dice Javi que esto de Los Animalitos Del Bosque es muy gordo, que molan, que hacen un punk crudo y amateur, que son el idealismo, que suenan mal, que gritan, que son punk. Cerdo, porque no he comido nada en todo el día, porque la febrícula me da nauseas. Y me viene el estómago. Y volvemos. Si Madrid Popfest tenía la fama de ser el adalid del underground, con grupos consagrados, sí, en la Clamores, en esta edición en la que ha cambiado de manos se menea el festival hacia el amateurismo, a que llegan los grupos y plantan sus instrumentos y sin sonido lo dan todo.P1120436

Como Los Animalitos Del Bosque. Y pedimos cuatro tercios. Catorce pavos. No es caro, pero jode. Y llegan Hazte Lapón con discazo. Y lo tocan un poco. Y a ella no se le oye nada. Y no es el mejor día de él. Y entre el mejunje sobrevuela como siempre la guitarra de ese que también toca con Alborotador Gomasio.P1120440

¿Dónde está la pegatina del escudo del Atleti? Pero es mi grupo favorito. Y me jode. Así que me espero. Y sale Lolo por la puerta y le pido que me firme ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? de Raymond Carver. Mis relatos. Sus canciones. Y me lo firma. Y Horsebeach suenan muy bien, pero me aburren, así que nos vamos a cenar una piezas italianas en un bar de al lado. Y estoy a treinta y ocho de fiebre. Y como como un cerdo porque no he comido en todo el día, porque la febrícula me da nauseas. Y volvemos. Y Horsebeach suenan muy bien, pero son lánguidos, y no. A Javi, a Nuri_House y La Loca sí, pero a mí no.P1120449

Y mientras Juan De Pablos vuelve a la primera fila del Taboo para ver a Sierra, pedimos otros cuatro tercios. Catorce pavos. Y pido un botellín de agua. Y me dice la camarera que no, que no me vende una mierda de botellín de agua por tres pavos, que si quiero agua para las pastillas que me da un vaso. Y me tomo las pastillas. Y lo cierto es que Sierra es lo mejor de la noche. Hacen pop. Tirando a postpunk. Un poco pose. Posturas. Pero suenan que son una delicia. Y son los que más les molan a Javi y a Nuri_House y a La Loca.P1120453

Vale, lo reconozco, no fue la mejor noche de Hazte Lapón, pese al expresionismo, pese a chuparme el BIC. Pero esto no es una competición, sino una muestra de lo que se mueve y está vivo. El underground. Y hasta ahí. Porque ya taxi y para casa. Y treinta y ocho de fiebre. Y es underground y mañana en El Chico Feo. Y para casa para calditos de pollo y pastis. Y el sábado de El Chico Feo en tu jodida cama, con el jodido Radioestadio para escuchar al Atleti. Y el Atleti gana. Al menos. Después de treinta y ocho grados de febrícula underground.P1120461

 

Amatria

Hay un lado auténtico en la electrónica pachanguera. Y se necesita mucho pop sintético. Entonces uno se pone en los cuarenta principales del underground. Porque esto no llega a la masa. ¿Y eso es malo? No. No hay nada bueno ni malo. También está Bravo Fisher! Hay lo que es. Y Amatria es todas las reminiscencias ochenteras y noventeras, para aquellos que fueron a eso de la EGB, en un puto y jodido disco divertido y hedonista.

El Golpe es temazo de Gabana y de a catorce pavos la copa. Pero también es paradigma de lo actual, de una sesión épica de algún dj que quiera despuntar con algo diferente, de calidad y elegante.

Amatria devuelve a los treintañeros añejos a una adolescencia en la que lo fundamental era la inocencia del botellón en los bajos de Moncloa. Ni pop ni dance. Si no todo lo contrario. Y es que eso fueron los noventa. Igual que hoy es el orfidal de los adultos de ahora. Y Amatria lo borda. Dentro de la industria, dentro de la paleta underground, mientras despliega su magisterio pop.

Y encima revisa a Los Planetas en La Copa de Europa, sonando más moderno que ellos y sublimemente tristes.

Música de baile. Pelín tristona. Pelín nostálgica.

Sailing Forever

A lo mejor la cuestión no es ponerse de perfil, si no ponerse de frente y recibir las hostias. A lo mejor la cuestión es pensar menos en lo que los demás piensan sobre ti y hacer lo que te salga de los huevos.

VLIVM tienen en Saliling Forever (DK 33 de Discos de Kirlian, 2016) una portada, la del disco, la del portero, tremenda, una portada magistral. Y es que además los define.

Sí, la portada del puto jodido disco es una puta pasada. Y lo peor es que aún prometen un horizonte de ensueño.

Y es que Sailling Forever es muy triste. VLIVM se sumergen en melodías idealistas que pasan de un rock abstraído a un pop sesentero y que hacen pensarse a uno en qué hubiese sido de unos Los Pekenikes lacios de revoluciones y con una voz acorde.

Y comienzan con una verdad desoladora en Looking for a Day, con ese traqueteo americano que inunda el disco de cierto folk sucio y añejo, pero sobre todo que nos enfrenta a una realidad desalentadora como la que dicen cuando dicen estás solo, pero estás que dicen en Life. O qué dicen en Windows que es un temazo que remueve hasta The Mamas & The Papas.

Podéis catalogar a Sailing forever de inide rock o de indie pop y agregarle la etiqueta de lo-fi. Pero VLIVM trascienden todo eso para hilar un sonido personal y una voz propia que, sí, nos hacen caer y adentrarnos en las historias y melodías americanas, como hiciese Juan Carlos Márquez en su Norteamérica profunda: con un por qué. Y ese por qué no es otro que desarrollar una argumento propio, la cotidianeidad de VLIVM que suena así, como ellos lo quieren decir, como ellos lo son, cargados de una mochila de experiencias. Cargados de una belleza y una inocencia exquisitas.