Bienvenidos a los bajos fondos de la música. Donde es real y se expresa con total sinceridad. Sonidos básicos y primitivos. Sonidos que te hacen rechinar los dientes. Crudos. Punk. Guitarras chirriantes y garajeras que te estallan la mandíbula.
Con algo de retraso, no menos de una hora, se subieron al escenario de la Sala Clamores los pacenses Súper Cadáver el pasado 11 de Abril. Los primeros de una cita que prometía además a Alborotador Gomasio y a Fuckaine. Y digo bien. Prometía.
Súper Cadáver sonaron como lo que son. Jóvenes. Adrenalínicos. Punk. Como una bofetada de bulla y martillero sublime repasando concienzudamente sus dos Ep’s ‘Súper Cadaver EP’ y ‘California/Justicia’ y dándolo todo. Prometiendo, además, una continuidad en su lírica que nos llena de alegría y esperanza. Demasiado bien sonó ‘Mozart’ para las precarias condiciones de las que disponían.
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Y de la esperanza pasamos a la confirmación. Alborotador Gomasio son uno de los grupos de referencia en Madrid. Y no sólo lo demuestran en su disco ‘Más humillante que doloroso’ (cómprenlo, está genial, aunque tengo amigos que cuando se lo enseño me dicen que tienen cierto parecido a Modestia Aparte), o en su nuevo y más potente ‘Los residuos de la sociedad’, sino donde se tiene que hacer valer un grupo, en el fango de una sala de no más de treinta personas y sonando sublimes, excelentes, bellos.
Y hasta ahí. Hasta los cuatro temas de un repertorio que, a buen seguro, hubiese sido algo más abundante.
Porque lo cierto es que lo que sucedió luego fue decepcionante. De los tres grupos citados tocaron dos (Fuckaine ni siquiera se vistió de corto) y el segundo, posiblemente el más relevante, solo pudo mostrar cuatro canciones.
Lo cierto es que, si es así cómo se despacha una sala como La Clamores con los grupos emergentes del underground madrileño, deberíamos coger todos el petate y marcharnos de este país.
Y es que dice muy poco de una sala, en sus tiempos mítica, yo la he disfrutado petada para ver a Antonio Vega y más tarde a Zahara, o de la ‘industria’ en general, que ni siquiera el que corta los boletos sepa quiénes tocan esa noche.
Pero mentiría si dijese que es la primera vez que asisto a algo así. Por desgracia, el maltrato del pequeño en infraestructura, que no en inteligencia y talento, es una costumbre.
Súper Cadáver y Alborotador Gomasio estuvieron sobresalientes. Hicieron un ruido maravilloso. Un ruido que deberá tener continuacion por otras salas de Madrid que presten mas atención y respeto por los que, al fin y al cabo, les dan un nombre y un caché en ese duro negocio de la música. Pues, porque tocan ellos vamos nosotros.