Devils, Kids & Gypsies

I’m just a fool who jumps and never looks before

  Estamos en el año 2013. Miles de jóvenes han sido estafados con el valor de la formación en un país en el que, sin industria y sin inversión en investigación o nuevas tecnologías, la mayor cantidad de puestos de trabajo no requieren ninguna cualificación. Miles de jóvenes con licenciatura + máster + idiomas + numerosos trabajos becados (patraña para conseguir mano de obra barata, qué coño, gratuita), frustrados y estancados, sólo encuentran consuelo en emigrar o en la cola del paro.

  Penny Cocks están de actualidad. Y no porque se vayan a girar por la vieja Europa. Sino porque editan para BCore Disc su nuevo EP ‘Devils, Kids & Gypsies‘, en el que retratan en modo punk (no puede ser de otro modo) la realidad que nos rodea. Poniendo letra y dando voz a esa masa de jóvenes que, sin aliento, carecen de recursos incluso para sobrevivir. Resultado: unos Ramones que, en lugar de cantar al amor, las drogas y el rock’n’roll, lo hacen para la clase marginada.

  Cuatro cortes de un naturalismo que ni el propio Zola podría soportar.

Discurso de Investidura

El desángel desolador

  Si el otro día decía que El Pardo es un puñetazo punk en pleno rostro del stablishment, Medievo con su ‘Discurso de Investidura‘ es una bomba electrónica en el corazón de la mierda que nos rodea.

  Sí, es desolador. ‘Vergüenza, vergüenza‘, que reiteran en Vergüenza, tercer corte.

  Y no sólo por sus robustas melodías repetitivas que invitan a la decepción y la decadencia o por sus letras claras, sin metáfora aparente (sí con fábula, parábolas contemporáneas) donde enjugar la crueldad (‘acabas de rodillas arrastrándote‘ de Muerte Cortés; ‘dinero, dineroBurbuja de hielo; ‘sirves de rodillas a tu clase social‘ en la genial Cloacas de Paz). Si no además por su propuesta, coherente. No es vacua su cita: ‘Las canciones de Medievo no reciben ningún tipo de retribución económica’.

  ¿Qué más se les puede pedir a este retrato?

Atlas: Light

Sleeping At Last, la banda de los hermanos O’Neal, después de cuatro discos largos, siguen creciendo en buena dirección. O al menos en lo que ellos saben hacer. Los de Chicago presentan este año dos EP. El primero fue ‘Atlas: Darkness‘. Así que ahora toca ‘Atlas: Light‘.

Ya me gustó el preciosista y mastodóntico ‘Yearbook‘. Su triple álbum editado en 2011. Treinta y seis temas que, a modo de diario, fueron desgranando a lo largo de aquel año EP a EP.

Y con los mismo mimbres publican este ‘Atlas: Light‘. Entre el folk y el pop melancólico y atmosférico. Melodías que crecen épicamente tristes hacia la oscuridad y la nostalgia.

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